En este Post quiero compartirte algunos aspectos a tener en cuenta sobre el proceso de duelo migratorio, sus etapas y los diferentes duelos que se viven. Además 8 tips que te servirán para convertir este momento de cambio en una oportunidad de crecimiento y reinvención personal 😉
Vivir en un nuevo país y empezar de nuevo, no siempre es fácil. Aún recuerdo los primeros años. ¡No la pase bien! aunque venía con mucha ilusión, motivación y sueños dentro de mi mochila.
Construir un nuevo camino no solo significó vivir situaciones que me confrontaron con muchas de las ideas que tenía sobre lo que sería mi vida en este nuevo lugar. También me sentí triste, molesta, confundida, incomprendida, perdida y muy sola. ☹
Me tomó tiempo poder entender y comprender todo lo que pasaba en mi interior, y saber que experimentaba un proceso que es normal, necesario y real: Un duelo migratorio.

¿Qué es Migrar?
Migrar es tomar la decisión de salir de tu país para vivir en un país nuevo. Es un movimiento que implica un proceso de desarraigo, de soltar lo conocido, significa un antes y un después en la vida de quien lo vive.
Las razones por las que decides vivir en un nuevo país pueden ser muchas:
- El deseo de vivir nuevas experiencias
- Estudiar y tener nuevos conocimientos
- Adquirir experiencia laboral en otro país
- Vivir en otro país en busca de una mejor calidad de vida
- Construir una relación con alguien de otra nacionalidad (por AMOR 😊, como yo lo llamo)
- Necesidad de sobrevivencia, protección y seguridad
La razón por la que se da el movimiento migratorio marcará una diferencia importante en la forma como se vive el proceso de integración y adaptación al nuevo lugar. No es lo mismo si vienes para estudiar o trabajar que si llegas por amor o necesidad de protección y seguridad. Cada una implica un camino y un proceso diferente.
La motivación o razón que te lleve a hacer este movimiento exigirá de ti una u otra cosa, sin embargo aquí haremos un énfasis especial en el proceso de duelo migratorio, es decir el impacto a nivel emocional de este movimiento, el cual a nivel estructural es el mismo para todos, ya que cada uno independientemente de las razones pasamos por ahí.
¿Qué es el duelo migratorio?
Un duelo es “la reacción natural en forma de sufrimiento y aflicción, ante la pérdida de un ser querido, objeto o evento significativo”. Y un duelo migratorio es “el proceso por el que atraviesa todo inmigrante al migrar a un nuevo país, es un proceso de reorganización del yo en el cual asimila la pérdida y se adapta a la nueva situación de vida”.
Hay un hecho clave que diferencia el duelo migratorio del duelo por la pérdida de un ser querido, el referente clásico del concepto de duelo. Y es que, en el caso de la migración, el objeto, el país de origen y todo lo que representa, no desaparece, no se pierde propiamente para el sujeto, pues permanece donde estaba y cabe la posibilidad de contactar con él. Es más, cabe la posibilidad de regresar un día al lugar del origen.
A nivel emocional son muchos los cambios y situaciones que se viven en este proceso, algunos esperados otros no esperados. Sin embargo, la forma como lo vivas dependerá de lo que te motivó salir de tu país, la red de apoyo que tengas en el país de acogida y los recursos personales con los que cuentes para experimentar el cambio y adaptarte al nuevo lugar.
Los recursos personales y habilidades para adaptarse al cambio se ponen a prueba, es por esta razón que los factores psicosociales como el desarraigo, la añoranza, el reajuste personal y de la familia, no deben ser tratados como síntomas de desequilibrio emocional.
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¿Cuáles son las características del duelo migratorio?
Según el artículo El duelo Migratorio publicado en la Revista Electrónica Psicología Científica, por Valentín González Calvo, el duelo migratorio tiene las siguientes características:
- Es un duelo parcial, múltiple y recurrente: Es un duelo parcial porque el objeto perdido (el país de origen) no se pierde por completo, sino que queda allí e incluso se puede volver a él. Es múltiple porque implica una multiplicidad de pérdidas, la familia y amigos, en muchos casos el idioma, la cultura, la tierra, la identidad. Y es recurrente porque puede reactivarse con mucha facilidad.
- Se vive en una continua ambivalencia: El inmigrante vive ambiguamente entre la adhesión y la resistencia hacia el país de acogida. Así mismo, es frecuente que idealice al país de origen o bien sienta rabia por haber tenido que marchar, por no ofrecerle las condiciones necesarias para su supervivencia. La ambivalencia entre el lugar de origen y el destino puede ser continua.
- Es transgeneracional: Muchos hijos de los inmigrantes tienen la sensación de estar atrapados en un callejón sin salida. De una parte, han nacido o se han criado en el país de acogida y de otra, han interiorizado fuertemente la cultura de los padres del país de origen. No se sienten completamente ni de aquí, ni de allí. La inclusión no es completa en el país de acogida, sin embargo, tampoco lo es en el país de origen.
- Lo sufren también los que se quedan: La inmigración también afecta a los que se quedan en el país de origen. Estos últimos notan la ausencia de quién se marchó, en algunos casos viven la separación de manera dolorosa.
- Afecta la identidad: El proceso migratorio genera muchos cambios y nuevas situaciones que hay que integrar, tanto es así que se modifica la propia identidad del sujeto.
- Conlleva regresiones psicológicas: Regresión es el mecanismo generado por el bloqueo que supone afrontar situaciones complejas para las cuales el individuo no está preparado. Las conductas regresivas más frecuentes son conductas de dependencia y comportamiento sumiso y conductas de queja y protesta infantil ante situaciones de frustración y dolor.
Por otra parte, el regreso del inmigrante, ya sea temporal o definitivamente, es una «nueva
migración». Tras años, en muchos casos, décadas fuera del país de origen, se han producido muchos cambios: cambios en el entorno, en las personas y en la propia persona del inmigrante retornado, ya no es el mismo, nada es lo mismo.

¿Cuáles son las etapas del duelo migratorio?
Varias son las fases o etapas del duelo, no hay acuerdo al respecto de su denominación, pero pueden resumirse en cinco según J. Bowlby, Brink y Saunders, de quienes te comparto aquí un documento con una interesante investigación sobre el tema.
Fase de negación o evitación
Es la etapa de la novedad donde se descubren cosas nuevas y la persona idealiza el nuevo país. La persona está llena de ilusiones, esperanzas y las expectativas de llegar al nuevo país son muy altas. Se le da más lugar a las idealizaciones e imaginarios dejando de ver la realidad tal y como es.
Fase de enojo o agresión (resistencia)
Es la etapa en la que hay más consciencia de lo que se tenía antes y ahora y se debe afrontar la pérdida de su situación anterior (su vida y status en el país de origen): choque cultural, la pérdida de identidad, la pérdida de lo conocido, la pérdida de casa, trabajo y seres queridos, pérdida del idioma de origen y la pérdida de la estabilidad al tener que enfrentarse a algo totalmente nuevo.
La realidad del lugar choca con las costumbres, creencias, pero sobre todo con las ideas y expectativas sobre lo que sería la vida en el nuevo país, puede sentirse más molest@, triste y confundid@ que de costumbre. Sensible e irascible. Te sientes sol@. No entiendes nada. No ves con claridad el camino. Te sientes mal contigo misma. ¡Estás cansada!
Puede entrar en estados depresivos o ansiosos. Por lo general es la fase que más tiempo puede tomar y puede requerir de apoyo externo.
Fase de aceptación
Si todo va bien y se logra superar la etapa anterior, se pasa a la etapa de adaptación en esta se logra asimilar todo lo nuevo que le ofrece el país de acogida e incorporarlo a su estilo de vida. Hay factores que influyen en el proceso como el hecho de encontrar un trabajo, tener una vivienda digna y se construye una red social que lo acoge.
Se puede ver con más claridad los posibles caminos, se inicia la construcción de una nueva vida y se ven los obstáculos con más optimismo, seguridad y confianza. Cuenta con más herramientas y recursos personales para transitar ese proceso y vivirlo como una oportunidad de reinvención y transformación personal.
Fase de rechazo de la cultura original
En esta fase la persona pierde parte de su “identidad primaria” como parte del proceso de redefinición de sí mismo. Se produce un empobrecimiento personal, pues en un primer momento la persona desvaloriza partes importantes de la identidad construida hasta ese momento.
Se confronta con sus propias creencias, ideas y formas de ver la vida, pero sobre todo de “ser”, se hace preguntas como: ¿Qué quiero en realidad de mi vida? ¿Quién soy verdaderamente? ¿Qué me define? ¿Cuáles son mis puntos de referencia cognitivos y emocionales? ¡Es un proceso de reconstrucción del yo!
Fase de restitución y superación del duelo
Es la reconciliación afectiva, con lo que se ha dejado atrás y con la nueva situación. En el caso de la migración, con el país de origen y el país de acogida.
Se acepta lo bueno y lo menos bueno o malo, tanto del país de origen, como del país de acogida.
Es importante saber que este es un proceso en el cual puedes moverte de una fase a otra, las características de un duelo migratorio exigen de diferentes cambios a nivel externo e interno, el proceso no es lineal, es circular y aun después de muchos años de vivir fuera de tu país de origen puedes en algún momento revivir alguna de las etapas. Nunca será igual pues cada vez contarás con más herramientas y recursos para sobrellevarlo.
Sin embargo, nada está escrito, salir de tu país para vivir en otro, es de principio a fin una ¡AVENTURA!
¿Cuáles son los duelos de la migración?
Posiblemente ninguna otra situación de la vida de una persona, incluso la pérdida de un ser querido, supone tantos cambios como la migración.
Como lo señala Joseba Achotegui Psicoterapeuta, hay 7 duelos en la migración:
- La familia y los amigos
- La lengua
- La cultura: costumbres, religión, valores
- La tierra: paisaje, colores, olores, luminosidad
- El estatus social: papeles, trabajo, vivienda, posibilidades de ascenso social
- El contacto con el grupo étnico: prejuicios, xenofobia, racismo
- Los riesgos para la integridad física: viajes peligrosos, riesgo de expulsión, indefensión
La familia y los amigos: En algunos casos no se encuentra una red de apoyo familiar y social. Esta falta conlleva ansiedad, soledad, sentimientos de culpa, dificultades en la convivencia familiar, tendencia a sufrir disfunciones adaptativas, frustraciones acumuladas y miedo al futuro.
La lengua: La adquisición de una nueva forma de expresarse comporta un gran esfuerzo por parte del migrante y se crean grandes tensiones lingüísticas al adaptarse al medio cultural del nuevo país.
La cultura: El migrante deja atrás toda una serie de concepciones y actitudes acerca del mundo y de cómo una persona debe comportarse en él. En el nuevo país las cosas pueden ser muy diferentes. Cosas como la alimentación, el vestir, el sentido del tiempo, entre otros.
Duelo por la pérdida del estatus social: La mayoría de los migrantes, aunque tengan ideas de progreso y mejora, retroceden a nivel de estatus social respecto a su sociedad de origen.
Duelo por la pérdida del contacto con el grupo étnico de origen: la identidad étnica refleja la misma identidad humana. Es la consciencia de un “nosotros” frente a la de un “ellos”, relacionando la pertenencia a un grupo humano con unas características comunes de cultura, historia, lengua, etc.
Duelo por la pérdida de la seguridad física: Los migrantes se ven amenazados por numerosos riesgos tanto para su salud como para su integridad física. Esto comporta Duelo por todo lo que se ha perdido en el país natal: comodidades, seguridad, condiciones higiénicas adecuadas, alimentación suficiente, entre otros.
El duelo migratorio es un proceso normal, dinámico y activo…no un estado, en el que juegan un papel importante tanto las acciones que se emprendan por parte de quien migra para aprender y ajustarse al nuevo lugar, como la comprensión y apoyo por parte de su familia y/o pareja en el nuevo país.
En mi vivencia y experiencia como migrante, además de mi trabajo como psicóloga con población de habla hispana en Suiza puedo ver qué subestimamos las implicaciones emocionales de este proceso, para algunos es cuestión de tiempo el empezar a enfrentarse a situaciones y sentimientos que no logran entender y los sobrepasan.
La clave está en darte cuenta del momento en el que estás para vivirlo con mayor consciencia de manera que se convierta en la mejor oportunidad para conocerte mejor, reinventarte y construir tu nuevo yo. ¿Como?
Aquí 8 tips simples y sencillos, que puedes implementar desde ahora:
- Acepta lo que sientes, no te resistas. (Siente)
- Ábrete a la posibilidad de replantear o reformular tus planes. (Cambia)
- Pon la atención en lo positivo y lo que tienes. (Agradece)
- Aprende a vivir en el presente. (Vive aquí y ahora)
- Respira, medita, escribe, dibuja o sal caminar. (Conecta)
- Háblate bonito “eres capaz” “lo estás haciendo bien”… (Reconócete)
- Sé paciente y amorosa contigo misma. (Quiérete)
- Si lo sientes necesario, pide ayuda externa. (Cuídate)
Además, un hermosa Carta para los días tristes, que nos comparte la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.
¡No estás solo, hay un lugar para ti y lo que sientes!
Desde mi experiencia personal puedo decir que, aunque no ha sido fácil, el proceso ha sido un camino de transformación y reinvención personal, que al día de hoy no termina. ¿Y para ti? ¿Cómo ha sido? ¿Cuéntame cómo has vivido este proceso? ¿Conocías sobre el duelo migratorio?